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Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo  

En esta entrevista János Ádám Karácsony (HU/PPE) responde a siete preguntas sobre el futuro de la política de aire limpio de la UE en el marco de la ambición de reducir al máximo la contaminación, una de las principales prioridades del Pacto Verde Europeo . El concejal de Tahitótfalu y ponente del Dictamen relativo al aire limpio pide que se revise la actual legislación de la UE sobre la calidad del aire y destaca que, para mejorarla, todos los niveles de gobierno deberán cooperar de manera más estrecha y eficaz. Elaborado a petición de la Comisión Europea, el Dictamen del CDR sobre aire limpio aprobado en julio de 2020 aporta una perspectiva local y regional sobre el Plan de acción de la UE de contaminación cero para el aire, el agua y el suelo , que se presentará en 2021.

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Tribunal de Cuentas Europeo, en su informe sobre la calidad del aire de 2018 , consideran que la contaminación atmosférica supone el mayor riesgo medioambiental para la salud en la UE y el resto del mundo. ¿Cómo cree que el brote de COVID-19 ha modificado esta situación y qué papel debería desempeñar la política sobre el aire en la estrategia de recuperación de la UE?

Aunque durante la pandemia hemos experimentado una mejora temporal de la calidad del aire, la contaminación atmosférica sigue constituyendo una grave amenaza para la salud humana. Debido a la considerable reducción del tráfico por carretera y en las áreas urbanas durante la cuarentena, así como a la ralentización de la producción industrial y de otras actividades económicas y sociales, los ciudadanos han disfrutado de un aire más sano y de un entorno menos ruidoso en sus comunidades. Hemos experimentado de manera colectiva lo que es un medio ambiente más saludable y nos hemos dado cuenta de que la reducción del tráfico, unos espacios públicos más abiertos y soluciones basadas en la naturaleza son fundamentales para el bienestar de todos. No hay que olvidar tampoco que es posible que exista una correlación demostrada entre la contaminación atmosférica y la gravedad de una infección por COVID-19. En términos generales, ahora se percibe un apoyo más amplio y resuelto a la lucha contra la contaminación atmosférica y la creación de un medio ambiente más saludable. Ambas cosas van de la mano y deberán figurar entre las principales prioridades del plan de recuperación de la UE.

El Comité Europeo de las Regiones respaldó un punto importante de su Dictamen recientemente aprobado que tiene que ver con el anuncio de la Comisión Europea de proponer una mayor armonización de las normas de calidad del aire con las directrices de la OMS, que se están revisando en la actualidad. ¿Cree que también es necesario revisar la legislación de la UE en materia de calidad del aire? ¿Cuáles son las principales dificultades a la hora de aplicar la legislación de la UE sobre calidad del aire en estos momentos y cómo podemos mejorar la situación en el contexto de la COVID-19?

La legislación vigente de la UE en materia de calidad del aire data de 2008. Tiene más de una década y, sin duda, es preciso revisarla. Aunque ha demostrado ser eficaz, al menos parcialmente, debemos abordar algunas deficiencias específicas como la falta de una cooperación vertical y horizontal adecuada. Por el «lado vertical» debemos reforzar la legislación de la UE para controlar mejor la contaminación atmosférica. La mejor manera de lograr una atmósfera más limpia es prevenir la contaminación y, por tanto, reducir las emisiones contaminantes en la fuente. En este contexto, hemos propuesto ampliar el Reglamento a la navegación fluvial, las emisiones distintas a las del tubo de escape procedentes del transporte por carretera (desgaste del freno y de los neumáticos), los generadores diésel (energía urbana), la aviación o las pequeñas plantas de combustión (como las estufas y calderas residenciales de leña y carbón). En el plano horizontal, los reglamentos sectoriales a escala de la UE pueden garantizar una mayor igualdad de condiciones, dado que unos requisitos de reducción de emisiones locales más rigurosos pueden tener repercusiones económicas adversas. También debemos evitar que la contaminación se traslade a otros lugares, a saber entre ciudades, países o continentes vecinos. Por ejemplo, la exportación de vehículos diésel desde ciudades de Europa occidental donde su uso está prohibido a Europa oriental, África u otras partes del mundo no está eliminando la contaminación, sino simplemente desplazándola a otros lugares.

Se dice a menudo que «la contaminación no se detiene en las fronteras». ¿Abordaría mejor este problema un plan de acción a escala de la UE? ¿Cuál sería el papel de los entes locales y regionales en ese plan de acción?

No olvidemos que la contaminación atmosférica tiene múltiples fuentes: natural, transfronteriza, nacional, regional y local (incluso a nivel de calle). Para luchar contra la contaminación atmosférica, debemos reducir las emisiones a todos los niveles y cada nivel debe asumir su responsabilidad. Sin duda, un plan de acción a escala de la UE puede contribuir a este objetivo. Por lo tanto, acogemos con satisfacción el Pacto Verde Europeo, su ambición de reducir al máximo la contaminación para lograr un entorno sin sustancias tóxicas —una de las tres prioridades anunciadas por Virginijus Sinkevičius, comisario europeo responsable de Medio Ambiente— y, sobre todo, el plan de acción de contaminación cero para el aire, el agua y el suelo que se adoptará en 2021. Una mejora eficaz de la calidad del aire exigirá una cooperación y comunicación más estrechas y eficientes entre todos los niveles de gobierno. Por ejemplo, los entes regionales pueden desempeñar un papel de coordinación entre el nivel local y el nacional. A escala local, los municipios son los más indicados para controlar las fuentes locales de contaminación y los problemas que estas generan. Ante este enorme desafío, también es fundamental ampliar y reforzar la cooperación con empresas privadas, organismos científicos y otras partes interesadas pertinentes, así como con el público en general.

A veces se afirma que la contaminación atmosférica es «el asesino invisible». ¿Cómo dar mayor visibilidad a esta amenaza para los ciudadanos y nuestras comunidades a fin de impulsar medidas más enérgicas?

La comunicación, la sensibilización y la participación pública son los tres términos clave para lograr una mayor concienciación y compromiso en la lucha contra la contaminación atmosférica. Los ciudadanos desempeñan un papel más importante en la lucha contra la contaminación atmosférica de lo que suelen ser conscientes. Más que la chimenea de una fábrica, hoy en día son nuestras decisiones en materia de movilidad, calefacción, alimentos y consumo general las que causan contaminación del aire. Debemos seguir utilizando las soluciones de TI existentes, las aplicaciones para teléfonos móviles y otras herramientas adecuadas para informar al público y dar mayor visibilidad a esta «muerte invisible». La información sobre la calidad del aire ha de ser más fácil de acceder y de comprender, y debe incluir también aspectos relacionados con la salud. Un buen ejemplo de ello es el índice europeo de calidad del aire que ofrece información completa sobre la calidad del aire en Europa, pero no es muy conocido. Por ello, debe publicitarse más ampliamente. Para sensibilizar a los ciudadanos sobre la contaminación atmosférica, tenemos también que mencionar las aplicaciones científicas, como las campañas de medición en escuelas o las redes globales de sensores, por ejemplo Sensor Community . Estas últimas no pueden sustituir a los sistemas oficiales de control de datos de alta calidad, pero pueden ser un complemento eficaz para difundir información sobre las tendencias de la contaminación, al tiempo que permiten que los ciudadanos participen de manera activa y aumentan la sensibilización del público.

¿Qué tipo de fondos están actualmente a disposición de los entes locales y regionales para mejorar la calidad del aire? ¿Qué mejoras propondría en el sistema de financiación de la UE?

La financiación es clave, puesto que el éxito de la aplicación de programas de calidad del aire depende en buena medida de la cantidad de recursos financieros disponibles. Debemos admitir que faltan instrumentos de financiación de la UE destinados específicamente a medidas de calidad del aire, ya sea para la elaboración y aplicación de planes de calidad del aire o para realizar su seguimiento en tiempo real. El acceso a los fondos también es bastante difícil, por lo que debemos simplificar sustancialmente los procedimientos a fin de garantizar que las solicitudes de financiación lleguen a buen puerto y, en última instancia, se traduzcan en proyectos reales sobre el terreno que nos ayuden a reducir la contaminación atmosférica.

En el Dictamen sobre la calidad del aire recientemente aprobado por el Comité Europeo de las Regiones, instamos a la Comisión a que aumente y simplifique el acceso a los fondos de la UE. Es fundamental también garantizar la coherencia entre los proyectos financiados por la UE y las políticas de las autoridades nacionales, regionales y locales, con el objetivo de actuar de manera coordinada para maximizar los impactos. En este sentido, pedimos a los Estados miembros y a la Comisión Europea que promuevan y refuercen la cooperación con los entes locales y regionales de toda la UE a la hora de desarrollar estrategias, políticas y programas coordinados para mejorar la calidad del aire.

¿Qué consejos daría a los entes locales o regionales que se propongan mejorar la calidad del aire? ¿Hay alguna iniciativa o red a la que sugiere que se adhieran?

Es cierto que los entes locales y regionales no están solos a la hora de luchar contra la contaminación atmosférica. Existen varias iniciativas y redes importantes que pueden ayudarles a mejorar la calidad del aire. Mencionaré la Asociación de la Agenda Urbana sobre la Calidad del Aire, el Grupo de Expertos sobre Aire Limpio en las Ciudades (en el marco del Convenio sobre la Contaminación Atmosférica de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas ), el Foro sobre Aire Limpio de la UE , el Pacto de los Alcaldes , pero también el nuevo Acuerdo de Ciudad Verde de la Comisión Europea y la Plataforma técnica para la cooperación en materia de medio ambiente , puesta en marcha en 2012 por el CDR y la Comisión Europea para fomentar el diálogo sobre los retos locales y regionales en la aplicación de la legislación medioambiental de la UE. Todas estas iniciativas aportan un valor añadido significativo a la política de aire limpio, y animo encarecidamente a los entes locales y regionales a que participen en mayor medida en ellas.

Es indudable que existe un movimiento social cada vez mayor en pro de una acción por el clima más enérgica. ¿Cómo interactúa la política del aire con la política climática y otros ámbitos sectoriales?

De hecho, existe una relación muy estrecha entre las políticas del aire y del clima. A menudo, ambas políticas son mutuamente beneficiosas, por ejemplo, si se consideran las medidas de ahorro energético o la producción de energía a partir de fuentes renovables. Sin embargo, debemos permanecer alerta, ya que, en algunos casos, las opciones relacionadas con el clima, como la combustión de biomasa, pueden tener un impacto negativo en la calidad del aire. En general, necesitamos una mejor cooperación intersectorial y mayor coherencia entre los ámbitos políticos pertinentes. Las medidas deben ir dirigidas a todas las fuentes de contaminación atmosférica de manera integrada: desde el transporte (por carretera y fuera de ella) hasta la energía (incluida la calefacción doméstica) y la industria y los sectores de la agricultura, teniendo en cuenta a la vez otros ámbitos relevantes como el cambio climático y la salud. Deben aprovecharse las sinergias y evitarse las disposiciones contraproducentes. Por esta razón, deben movilizarse todas las medidas pertinentes del Pacto Verde Europeo en pro de la consecución de los objetivos actuales de calidad del aire: no solo el plan de acción de contaminación cero, sino también la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, la Estrategia «De la Granja a la Mesa», el Plan de Acción de la UE para la Economía Circular, la movilidad sostenible e inteligente, y la Ley Europea del Clima.

Antecedentes

El Dictamen sobre la calidad del aire del ponente János Ádám Karácsony (HU/PPE) se aprobó en el pleno del CDR de 2 de julio de 2020. Lea aquí el correspondiente comunicado de prensa.

Consulte aquí el Informe del CDR sobre la calidad del aire en el marco del proyecto de centros regionales.

En octubre de 2020, el CDR publicó su primer Barómetro Regional y Local Anual sobre el impacto de la COVID-19. Puede consultar las conclusiones principales aquí y el informe completo aquí , incluidos datos sobre el impacto medioambiental de la pandemia en el capítulo V (pp.87-96).

La consulta sobre el Plan de acción de contaminación cero para el aire, el agua y el suelo de la UE estará abierta desde el 11 de noviembre de 2020 hasta el 10 de febrero de 2021. Puede aportar su contribución aquí .

«El Pacto Verde se hace local» es una nueva iniciativa del Comité Europeo de las Regiones cuyo objetivo es situar a las ciudades y regiones en el centro del Pacto Verde Europeo y garantizar que tanto la estrategia de crecimiento sostenible de la UE como los planes de recuperación para la COVID-19 se traduzcan en financiación directa para las ciudades y regiones y en proyectos tangibles para los distintos territorios. La iniciativa se puso en marcha el 15 de junio de 2020 con la creación de un Grupo de Trabajo específico formado por trece miembros . Lea el comunicado de prensa aquí.

Descubra en nuestro mapa en línea doscientas buenas prácticas del COR en relación con el Pacto Verde.

Contacto con la prensa: pressecdr@cor.europa.eu

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