El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia de COVID-19: hoteles, restaurantes, líneas aéreas y agencias de viajes tuvieron que suspender su actividad casi por completo durante un largo período y solo ahora la actividad turística está recuperando lentamente sus niveles anteriores a 2020. Sin embargo, la pandemia también ha acelerado la transición hacia modelos de turismo más sostenibles. Este fue el tema de una conferencia organizada por la Comisión NAT del CDR en Santiago de Compostela el 3 de junio. La ciudad anfitriona es conocida por el Camino de Santiago, que ofrece un ejemplo perfecto de turismo sostenible y de bajo impacto que se combina con el patrimonio cultural y reúne a personas de toda Europa.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda Valenzuela, señaló que este año ya han llegado 100 000 peregrinos a Santiago de Compostela, lo que significa que la ciudad está en vías de superar el récord de 2019. «La gente quiere volver a viajar, descubrir nuevos lugares y patrimonio cultural, pero la pandemia ha cambiado los modelos de turismo hacia destinos más cercanos y menos masificados», afirmó.
Si bien la actividad turística ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia en muchas regiones de Europa durante la primavera de 2022, Manuel Cardenete Flores (ES/Renew Europe), Consejero de Educación y Deporte de Andalucía, advirtió de que la guerra en Ucrania y la crisis energética plantean nuevos retos al sector. Subrayó la importancia del turismo para el crecimiento económico (por ejemplo, en Andalucía representa más del 13 % del PIB) y pidió a la Unión Europea que considere el turismo como uno de sus ámbitos políticos clave.
Esta petición fue compartida por la diputada al Parlamento Europeo Cláudia Monteiro de Aguiar (PT/PPE), quien recordó que el Parlamento ha instado a la Comisión Europea a presentar una nueva estrategia sobre el turismo sostenible en Europa y a crear una Agencia de Turismo de la UE. Insistió en que hay que apoyar la transición ecológica y digital en el sector turístico a través de los planes nacionales de recuperación y, en última instancia, mediante la creación de una línea presupuestaria separada.
Al mismo tiempo, las ciudades y regiones de Europa están respondiendo a la demanda creciente de modos de viajar más sostenibles: por ejemplo, la región italiana del Véneto ha inaugurado recientemente varios nuevos itinerarios de senderismo y rutas ciclistas en su territorio. El presidente de la región del Véneto, Roberto Ciambetti (IT/CRE), también hizo referencia a un estudio que demuestra que el 54 % de los turistas que llegan a su región aceptarían pagar un precio adicional por un alojamiento más respetuoso con el medio ambiente.
«La sostenibilidad debe ser la norma, no la excepción», concluyó la presidenta de la Comisión NAT, Ulrika Landergren (SV/Renew Europe). «La UE debe desarrollar una estrategia que tenga en cuenta el impacto ecológico y social del turismo», añadió, lamentando que aún existan prácticas no sostenibles: el riego de campos de golf en zonas de sequía y el vertido al océano de aguas residuales de cruceros.
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